El analista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) Rosario se refirió a las características del acuerdo entre Argentina y el FMI: “no es uno nuevo sino que es un reajuste de lo firmado en el 2022 y que fue necesario hacerlo por diversas circunstancias como la gran sequía que afectó a nuestro país y a la guerra entre Ucrania y Rusia. El FMI entendió que Argentina padece un problema financiero transitorio y no de solvencia, es por eso que se llegó a esta reformulación de las metas. El Fondo juega políticamente, eso es innegable, y se demuestra con las idas y vueltas de las negociaciones con el objetivo que el gobierno llegue a las elecciones sin mayores sobresaltos. La negociación fue muy dura porque el FMI pedía una devaluación del 30/40% del tipo de cambio oficial y el gobierno propuso lo que técnicamente se llama una devaluación fiscal en algunos sectores y con eso trata de surfear estos meses entre las elecciones PASO y las generales con cierta estabilidad sin tomar medidas que necesariamente son inflacionarias”, indicó.

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