El congreso del Partido Justicialista neuquino acordó la conformación de un frente político y social de cara a las elecciones nacionales de octubre próximo aunque profundizó su crisis por desencuentros sobre la mirada provincial.

Tras cinco horas de encuentro, realizado este domingo en Zapala, la situación se tensó y la mitad de los congresales pidieron la impugnación del congreso.

El grupo acusó al presidente del PJ neuquino, Darío Martinez, y al senador Oscar Parrilli, de impedir la autonomía de los consejos locales del PJ para definir estrategias propias en aquellos municipios que realizarán elecciones locales.

En diálogo con Radio Nacional, el concejal Santiago Fernández (FDT) expresó que “hay un sector liderado por Oscar Parrilli, del que Darío Martínez sería su empleado estrella, que se niega a la posibilidad de que las localidades puedan discutir plenamente y tomar en sus manos el destino de sus alianzas políticas, de los acuerdos que deban llevar adelante con el objetivo de gobernar en esas localidades”.

Fernández acusó a "estos dirigentes provinciales que nunca gobernaron nada, nunca gobernaron una intendencia, nunca construyeron acuerdos políticos para ganar y que se siguen dedicando a eso" de "administrar un partido político para que sea funcional a las continuidades que vienen sucediéndose en esta provincia, que no han sido buenas para los vecinos y las vecinas”.

Explicó que “como siempre, llegaron a un congreso para irse cinco minutos después de que se voten las cosas a libro cerrado, y el congreso duró cinco horas".

"Hubo mucha discusión y terminaron después intentando votar y modificar cuestiones básicas de la estructura de gobierno del partido”, agregó Fernández, quien es congresal por San Martín de los Andes ante el órgano partidario.

Remarcó que “cuando los poderes que dominan alguna estructura empiezan a perder fuerza, empiezan a debilitarse; empiezan a llevar adelante actos desesperados como estos y no es más que la antesala de la crisis final y la pérdida de ese poder”.