Por Rodrigo Ruiz

El momento futbolístico de Vélez lo encuentra a 18 puntos de River Plate, actual líder de la Liga Profesional, a 11 de la clasificación a la próxima Copa Libertadores de América, a 5 unidades de la Sudamericana y mirando para abajo, a tan solo 8 puntos de la zona de descenso con solo 13 fechas por delante.

Luego de la igualdad ante San Lorenzo de Almagro hay una mirada preocupante sobre el presente que atraviesa la institución de Liniers. Más allá del arribo auspicioso de Ricardo Gareca y lo que transmite su persona, no solo como referente histórico sino como persona, la realidad en incontrastable. Los silbidos a Pratto en el último encuentro marcaron un quiebre, que algo se rompió. Un referente, de los más queridos, en su casa y con su gente se fue envuelto en un clima hostil y de hartazgo de un público que hace rato viene observando el bajo nivel, no solo de Lucas, sino de todo el equipo. Los referentes no dan la talla, por niveles bajos y porque ya tocaron su techo. No se sabe quién es titular y quien es suplente y eso genera incertidumbre. Y el fútbol es contagio. Y cuando vos venís en la mala, el contagio se da para peor. El único sobreviviente a este naufragio futbolístico se llama Gianluca Prestiani, un “gurrumín” de tan solo 17 años que tiene la personalidad y valentía de uno de miles de batallas.

Todo va de la mano. La crisis institucional es una realidad hace rato. Con vallas en la sede al final de los encuentros e insultos a la comisión directiva en todos los partidos. Lo institucional se da la mano con lo futbolístico. Y tiene que ver con el contagio. Un tobogán que parece no tener final. Y las aguas turbulentas se apaciguaron cuando regresa Ricardo Gareca, un entrenador exitoso el cual regresa por la empatía y gran relación que tiene con Christian  Bassedas el manager actual quien lo fue a buscar cuando el “Flaco” buscaba una oportunidad.

Gareca en un gran entrenador, un muy buen seleccionador pero el presente amerita otro tipo de cuestiones que para quien escribe, no sé si están a su alcance. Por eso también será un desafío personal para el “Tigre” echar mano a su inteligencia, tocar fibras intimas e ir en busca de algo más de los futbolistas que hoy, en un gran porcentaje, pasan por un muy bajo presente en todos los aspectos.

Lo inmediato es Estudiantes de La Plata como visitante, Rosario Central como local, Racing de visitante y River en el Amalfitani. La premisa será sumar lo que se pueda dentro de este contexto y es lo mejor que le puede pasar a este Vélez que no levanta cabeza, deambula por la mitad de tabla y como pasa siempre, lo salvan sus divisiones inferiores, la famosa “fabrica” del fútbol argentino a la que mete mano y encuentra una mueca positiva, hoy llamada Prestianni, dentro de la incertidumbre de su presente futbolístico.