Julio Correa, enfermero del Hospital Regional fue parte del equipo de trabajo que atendió a los soldados que llegaban heridos desde Malvinas. Correa no puede disociar aquel combate con las consecuencias de la guerra del actual combate contra el enemigo invisible de la pandemia. En ese vaivén se desarrolla esta entrevista en la que lo que cambian son los contextos, los que resisten son las personas y el gran elefante blanco.
“Hago siempre el esfuerzo por despersonalizar el recuerdo porque cada compañero tiene su propia experiencia personal de cómo fue esa vivencia. Tengo que recordar ese hospital que del día a la noche se transformó en un Hospital de Guerra. Era un solo equipo no había jerarquías éramos todos uno, detrás de una misma causa. Por eso es bueno aprovechar desde la actualidad poner el valor en el esfuerzo que hizo el Hospital con toda su gente, uno valora muchísimo lo que se hizo en aquel entonces”.
La experiencia de Malvinas como en la pandemia, “los trabajadores debimos lidiar con un factor sorpresa, teníamos una institución preparada para atender tal o cual demanda, pero en ningún caso se incluía los efectos de una guerra o una pandemia. Por eso queda en evidencia allí la capacidad no de recursos del Hospital sino de su gente”.
En aquel Hospital “de 40 años atrás, teníamos una planta muy joven, teníamos a personas de 20 años atendiendo a soldados de 18. Hoy nos golpea de otra manera la realidad porque vemos también con nuestro equipo más grande caen nuestros propios compañeros víctimas del virus”.
NORBERTO – EL PACIENTE DE MALVINAS
En su experiencia personal, Correa eligió callar por largos años pero en su memoria había un recuerdo latente, uno especial. Su paciente Norberto Santos. Los une una historia de emoción y hasta de olvido, del olvido en su mejor cara, la de la superación. “Yo fue destinado al cuidado de un soldado que se nos presentó con mucha dificultad porque tenía una herida muy profunda, hacíamos doce horas, convivimos con él y la familia. A mí me toca la parte más dura, nos conocemos, él había perdido un brazo, le hacíamos ver que a dios gracias estaba vivo, él no quería mostrarle la lesión a la familia hicimos un vínculo. Pasó lo que no queríamos que pase, se dislocó una artería hubo que salir rápido para quirófano, cuando él hace la hipotensión severa dejo lo mío yo era enfermero de clínica, yo no pude seguir, no pude enfrentar a su papá,. Con otra enfermera hicimos la descarga emocional a puertas cerradas. Ese soldado se llamaba Norberto Santos, él pudo sobrevivir, quedó internado en terapia. Yo había pensando lo peor. Ese día salí a última hora, al otro día pidió verme, estuve con él hasta que fue trasladado a La Plata. Perdimos el contacto. Y yo lo contacté el año pasado por las redes. Fue muy lindo ver que tiene una familia, tiene su recuerdo de Malvinas y de mí ni se acuerda, y debo ser sincero quedamos en contacto pero yo hasta el momento en que pude hablar con él, nunca antes había podido hablar de Malvinas”.
LA GUERRA
Como enfermero, Correa indica "nos formaron para la vida, para el cuidado. Y en unos minutos perdés 20 años de cuidado. Fijate nomas en la pandemia, miles de trabajadores que murieron tratando de preservar la vida de otros. Esto produce una gran impotencia, nos genera bronca pensar que no puede ser que en el mundo sigan pasando estas cosas".
Producción Especial: Malvinas 40 años
Producción: Saúl Gherscovici - Lydia Cocha