El docente y politólogo Martín Arancibia, habló de su experiencia como hijo de desaparecidos, a propósito de una nueva conmemoración del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, una fecha que fue adquiriendo mayor relevancia en los últimos años, según reflexionó.
En diálogo con el programa Alegre Distopía, dijo que el Día de la Memoria recuerda la violencia que significó el terrorismo de Estado, en particular para quienes participaban de la discusión política que "empezaron a tener que callarse o los callaron". Agregó que con los años fue "encontrándose con otros que caminaron de la misma manera".
Al referirise a la marcha que se realizó ayer en la capital salteña, cuestionó el cordón que separaba a algunos militantes de derechos humanos del resto de los que marchaban y dijo que le recordó a lo que sucede en la procesión del Milagro, con la oligarquía separada del pueblo. "La lucha de derechos humanos es un colectivo, no tiene una sola mesa sino tantas mesas como sean necesarias", observó.
Martín Arancibia es hijo de María Eugencia Zago y Ramón Roberto Arancibia, ambos desaparecidos en mayo de 1977 en el barrio de San Telmo. En el 2003 el equipo de Antropología Forense encontró los restos de su padre, el cuerpo había aparecido en las costas de Las Toninas y había sido enterrado como NN en el Cementerio de General Lavalle, a pocos metros de distancia donde estaban los cuerpos de las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Esther Ballestrino, y María Ponce y la monja francesa Leonet Duquet.
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