En la primera edición del Panorama Nacional, Mario leyó el escrito anónimo de un docente porteño sobre el protocolo del gobierno de la ciudad de Buenos Aires para volver a las clases presenciales. Aquí van algunos fragmentos del texto, al que Giorgi describió como “lleno de ternura y buen humor”.
“Estuve leyendo el protocolo que propuso el ministerio de educación de CABA, y creo que les docentes tenemos que sincerarnos, que me perdonen mis colegas pero no me parece que sea tan riesgoso como dicen los sindicalistas. Sólo es cuestión de organizarse bien, y cumplir con las normas estipuladas. Soy maestro de educación musical y ya tengo todo planeado. Trabajo en tres escuelas y tengo a mi cargo casi todos los cursos. Es decir, que vendría a estar en unas 16 burbujitas nomás.
Esto no significa que si me contagio yo se van a contagiar los 400 pibes con quienes comparto burbuja, sin contar docentes, directivos y auxiliares. Ni que a su vez van a ir con sus familias llevando el virus, multiplicando exponencialmente la cadena de contagios. De ninguna manera. Porque el protocolo que creó nuestra ministra, con muchísimo conocimiento de la infraestructura y del estado en que están las escuelas públicas, plantea que tiene que haber un distanciamiento social entre alumnes y maestres. Por ejemplo si en el jardín en donde trabajo un chico de 3 años- que seguro no se va a sacar el barbijo ni por un segundo y va a estar inmóvil en su silla durante toda la clase porque así lo dice el protocolo- me pide que lo ayude por ejemplo a sonarse los mocos, yo le contesto que aprenda a sonarse solo o que se limpie con la manga del guardapolvos o mejor aún que se quede con los mocos colgando hasta que lo vengan a buscar. Total con el barbijo ni se nota.
El protocolo afirma que hay que evitar el contacto físico de todo tipo: como besos, abrazos, apretones de manos, puños, entre otros. Es decir, que si el chico se asusta y llora porque extraña a su familia, le digo que se abrace solo. Y si me pide que le ate los cordones, le digo que se la banque y que se ate como pueda, porque si se tropieza también se va a tener que levantar solito porque yo no puedo acercarme. Es re fácil, y no hay ningún riesgo de nada. Sí ya sé que van a decir, van a empezar, con eso de que las aulas no son lo suficientemente grandes, para que todes puedan respetar el distanciamiento. Pero bueno tranquiles chiques, Soledad ya pensó en eso, no la subestimen. Por eso es que la mitad de les pibes va al pasillo, que como todo pasillo está requete ventilado. Y la otra mitad va dentro del aula, que tiene un ventilador, pero que en la hora de música lo tenemos que apagar porque hace más ruido que una máquina de cortar pasto”.
En otra parte del escrito, el maestro se refiere al presupuesto que designó la gestión de Horacio Rodríguez Larreta para su ministerio de educación en 2021: “Basta de ponerle palos en la rueda a Larreta, que lo único que quiere es cuidarnos, y por eso redujo el presupuesto educativo al nivel más bajo en la historia de CABA. Para que en la austeridad, desarrollemos al máximo nuestra inventiva como docentes. Pobrecito Horacio, hasta tuvo que rehusarse a entregar la lista de los 6500 chicos, que según él no habían tenido contacto con las escuelas durante el 2020 al ministerio de Educación de la Nación, porque si les entregaban sus chori computadoras a esos alumnos, ya hubiésemos tenido contacto con ellos y el reencuentro no sería tan conmovedor como seguramente será el 17 de febrero, en un ambiente lleno de amor y de partículas víricas”.
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