El patrullero que, según su GPS, circuló nueve días después de la desaparición del joven Facundo Astudillo Castro por el cangrejal de General Daniel Cerri donde fueron hallados los restos esqueletizados encontrados en el marco de la causa, fue secuestrado de la Unidad de Prevención de Policía Local (UPPL) de Bahía Blanca y enviado a peritar, informaron hoy fuentes de la investigación.
Luego de un pedido del fiscal federal bahiense Santiago Ulpiano Martínez, la jueza federal de esa ciudad, María Gabriela Marrón, dispuso el allanamiento en la sede de la UPPL de Bahía Blanca ubicada en la calle Pacífico 281.
En el procedimiento, realizado por detectives de la División Búsqueda de Prófugos y Personas Desaparecidas de la Policía Federal (PFA), se secuestró el móvil número 20.610, que es un Toyota Etios asignado a esa dependencia.
Un informe de la Auditoría de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense fue el que determinó una irregularidad de ese móvil policial tras el análisis de su geolocalización.
“Las señales de GPS emitidas por el patrullero referido darían cuenta de un recorrido efectuado el 8 de mayo pasado a varios kilómetros alejado de su rutina y en cercanías del lugar dónde se produjo el hallazgo de restos humanos el 15 de agosto pasado”, afirmó el fiscal en el escrito en el que pidió el allanamiento de la seccional policial.
Según el informe, el GPS del vehículo marcó que ese día estuvo detenido durante 35 minutos a unos 800 metros del lugar donde fueron encontrados los restos esqueletizados.
El fiscal agregó en su pedido que el informe marca que existieron anomalías en los registros, ya que “en la rutina que estaba cumpliendo el móvil, la secuencia de georreferenciación da un ‘salto’ de más de 10 kilómetros en apenas 41 segundos, para volver con otro ‘salto’ luego de 3 horas 38 segundos, y el recorrido de rutina en apenas 28 segundos”.
Fuentes policiales confirmaron a Télam que el patrullero Toyota fue cargado anoche en una grúa que lo trasladó a la sede de la PFA de Bahía Blanca para iniciarle una serie de pericias, entre ellas, justamente una para corroborar el correcto el funcionamiento de su GPS.
La fiscalía, a través de un comunicado publicado en el sitio institucional Fiscales.gob.ar, confirmó que en el allanamiento en la UPPL bahiense también se secuestraron “los libros de guardia de dicho destacamento, donde surjan los movimientos y los agentes que prestaron servicio o tenían asignado el móvil el 8 de mayo pasado, los teléfonos celulares pertenecientes a esos efectivos policiales, los dispositivos electrónicos del lugar, handys, anotaciones y cualquier otro elemento que pueda resultar de estricto interés para la investigación”.
Ayer, al menos 15 peritos de distintas especialidades realizaron la autopsia a los restos esqueletizados que fueron hallados hace diez días en el marco de la búsqueda de Facundo en el laboratorio del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), en la sede de la exESMA, en barrio porteño de Núñez.
Fuentes de la investigación aseguraron a Télam que los peritos determinaron que los restos pertenecen a un hombre de alrededor de 20 años, lo que coincide con la edad de Facundo, quien el pasado domingo cumplió 23 años, aunque establecieron un plazo de entre 30 y 40 días para analizar los elementos obtenidos para dar a conocer la causa de la muerte.
Facundo Astudilo Castro desapareció el 30 de abril último cuando, en plena cuarentena, se fue de su casa de la localidad bonaerense de Pedro Luro rumbo a Bahía Blanca y fue retenido en un control policial cuyos efectivos ahora están siendo investigados.
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