CULTURA MENDOZA

Edmundo “Muni” Rivero evocó la figura de su padre, en el día de su natalicio

El 8 de junio de 1911 nació en Buenos Aires Edmundo Rivero, singular cantante de tangos. El registro de bajo, que contenía su voz, era una verdadera rareza en el género, la afinación y los coloridos matices de su fraseo, sumado todo ello a un sentimiento y estilo criollo con reminiscencias gardelianas, lo hicieron un favorito del público.

Su hijo, también tanguero, Edmundo “Muni” Rivero, evocó la figura de este referente de la música ciudadana.

“Él era famoso, pero yo lo veía como papá. Hasta que un día, ya con 10 años de edad, había un juego que se llamaba “el puchero”  que se jugaba con figuritas. En ese momento comprábamos álbumes en el kiosco y había que llenarlos y te daban un premio. Jugábamos a la tapadita. Resulta que estaba tirando un compañero mío de colegio y me dice -“tu papá”. ¿A dónde? Dije yo- ¡En la figurita!- y corrí urgente a buscar el álbum”.

Recordó que los álbumes de esa época mostraban aspectos de la cultura nacional, que la música se escuchaba en su saca en todo momento y que desde niño quiso tocar la guitarra. Su primer instrumento fue precisamente un regalo de su padre, una guitarra de concierto.

“La guitarra esta firma por mi padre y antes de dármela me dijo, antes tenés que escuchar estas palabras y me marcó la vida hasta hoy. Me dijo, “con esta guitarra vas a entrar del rancho más humilde  a la mansión más grande, pero siempre con respeto. Y estudiala por música”.

Anécdotas y el afectuoso recuerdo en la entrevista de Pablo Diab y Facundo Covarrubias.



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