Durante las fiestas, los estruendos de los fuegos artificiales provocan estrés en las personas con Trastornos del Espectro Autista, principalmente en niñas y niños.

Es que perciben los ruidos y explosiones con mayor intensidad y les pueden causar momentos de angustia, que los lleven a taparse los oídos, gritar, aislarse, o a manifestaciones de agresiones, y posibles huidas, con el riesgo de accidentes.

El uso de la pirotecnia no está prohibido ni delimitado, es por eso los profesionales que trabajan con personas del espectro autista piden tomar conciencia sobre su uso responsable y los posibles efectos en las personas con autismo.

El licenciado Matías Cadaveira. Jefe Clínica TEA y Asperger de la Fundación INECO, explicó en diálogo con Diana Costanzo de qué manera se puede cuidar a las personas que viven con autismo durante las fiestas.